Porque la vida se levanta cada mañana...

"Esto es algo muy antiguo. Cuando uno no encuentra un nombre exacto para definir las cosas utiliza historias. Así es como funciona. Desde hace siglos. Y todas las historias tienen una música propia"



25/9/08

¿Cómo decir adiós a alguien que no sabes si quieres que se marche?

Cuando los sentimientos empiezan a herirte y no sabes diferenciar entre el amor y el odio, cuando alguien hace que llores por encima de la risa, cuando no está ahí si se necesita, cuando tu único recuerdo sea una palabra o incluso una imagen…

Ese es el sentimiento que tienes hacia alguien al cual no sabes si quieres tener a tu lado o lo más lejos posible.

Cuando sus palabras te llenan como a nadie, pero es lo único que te queda, cuando tienes las manos vacías pero la cabeza llena de recuerdos, de dudas, de momentos de tristeza después de haber sido tan feliz, al menos por unos segundos…

Esos sentimientos son los que te hacen darte cuenta de que hay alguien que no sabes si quieres que este a tu lado o lo más lejos posible.

Cuando oyes aquella canción que tanto te recuerda a esa persona y mientras la oyes notas las lágrimas brotar de tus ojos. Cuando mientras escribes unas palabras necesitas oírla aunque eso suponga tener que llorar, aunque eso signifique no saber diferenciar entre el amor o el odio, aunque traiga al menos una imagen, un recuerdo. Aunque por un momento intuyas sus palabras y te des cuenta de que es lo único que te queda, pero de nuevo como el estribillo de la canción, vuelvan los recuerdos, las dudas, los momentos de tristeza aunque sean después de una sonrisita por algún momento de felicidad…

Eso es lo que sientes justo los momentos antes de darle respuesta a si quieres que alguien se quede a tu lado o lo más lejos posible.

Quizá ha llegado la hora de decir adiós…

22/9/08

Como cuando hundes los pies en la arena, así me siento yo.

Estable y con los pies firmes hasta que llegas a mi vida y me hundo bajo mi propio peso. Noto como los pies se queman bajo esa arena que tantas horas ha tomado el sol, como si insaciablemente tu sombra sobrevolara mi cabeza componiendo en cada instante imágenes cuya finalidad no es más que alterar mi vida.

Intento buscar refugio ante la sensación de fuego que hay bajo mis pies, tengo dos opciones:

- Busco cubrir mis pies lo más hondo que pueda esperando encontrar tierra fresca, así como en tu caso contrarresto tus imágenes con algún que otra arma, ya sea abrazarme al recuerdo o en su defecto dejándole marchar, intentando que con ello mi tranquilidad se encauce de nuevo.

- O por el contrario, sufro lo insaciable hasta llegar a la orilla y esperar a que las olas refresquen mis pobres pies lastimados, pero de nuevo firmes…
Lucho contra mis fantasmas y me enfrento a la realidad, me recompongo de tu presencia o de tu no presencia según sea el momento en el que vivimos…


[…]


Pese al camino tomado, la realidad es sencilla, siempre queda arena en tus pies, como tus recuerdos o tus momentos de no presencia, y que por más que te das con la toalla se aferran a ti hasta el último momento.

Y aunque reconozco que nunca me gustó la arena, ¿quién podría vivir sin conocer la sensación que despierta pisarla? Porque sentir la brisa del mar como tu respiración cuando te aferras a mí, porque sentirte libre corriendo por la arena como libre te sientes cuando está contigo, porque tan poco duran los segundos en los que decides que opción debes elegir para tus pies y tan importante para los mismos es la decisión que tomes..

“Porque es tan corto el amor y tan largo el olvido…”