Esos días...

Odio estos días en lo que descubres lo necia que eres por pensar que alguien al que consideras tu amigo/a, no sólo no lo es, sino que encima te viene y te dice que tú ya no eres su amigo, que sólo eres un colega...

Yo pensaba que la amistad es algo que te ganas con el tiempo, es confiar en una persona y que esa persona confíe en ti aunque a veces estando cerca te encuentres muy lejos.
Pensaba que cuando tenías un amigo cualquier escusa era buena para tener un momento, tomar un café o simplemente mirar al cielo.
Vale que está claro que puedes tener tu grupo de amigos y tener tu vida pero no creo que eso te condicione a que no pueda haber más gente en tu vida.
Pensaba que un amigo es esa persona que se ríe contigo y que es capaz de llorar sólo porque tú no lo hagas, supongo que es esa persona en la que te desahogas porque si no lo haces es muy probable que el primero que te hable ese día no te vuelva a dirigir la palabra en la vida.

Quizá el problema es que yo soy una ilusa de esas que cuando eran pequeñas creían es príncipes azules que buscaban sus princesas encantadas y que se juró a si misma que lucharía como esos caballeros por lo que para ella consideraba amistad. Pero claro, esto ni es un cuento ni yo soy ni princesa ni caballero y luchar por algo que a día de hoy sinceramente no sé lo que realmente significa…

Y si la amistad duele tanto como esto que yo siento ahora mismo en mi interior, sinceramente no quiero amistad de nadie, no quiero que nadie oiga mis problemas ni que celebré mis alegrías, que casualmente estos momentos eran fechas para ello…

En fin que como ya he dicho en otras ocasiones, odio los días tristes en los que sólo me apetece escribir y lo que es peor, odio los días tristes en los que ni siquiera escribir me apetece…

Bueno, el viernes fui al cine con Pablo y hablando un poco de todo, me contó algo que la verdad me gustó muchísimo y con su permiso yo hoy os lo retransmito a vosotros.

No sabemos si es real o simplemente una leyenda urbana, pero a mí sinceramente me es indiferente pues sea una o la otra creo que merece la pena.

Se cuenta que en una universidad, en un examen de filosofía, el profesor puso como única pregunta del mismo:

¿Por qué?

Supongo la incertidumbre de todos sus alumnos ante tal situación tan paradójica, ¿no creéis? , sin embargo, lo que puede resultar más sorprendente es que la nota de uno de sus alumnos fuera un 10.

Y esa tan deseada nota para algunos que todavía seguimos en el gremio estudiantil se debió ni más ni menos a esta contestación tan estupenda ante la cual me quito el sombrero y sólo puedo decir “chapó”. Supongo que a veces se dice tanto con tan poco…

¿Por qué?

¿Y por qué no?

Hace unos cuantos años, perdí a una persona muy especial.

Como todas las pérdidas fue muy doloroso, pero quizá por su temprana edad, esta lo fue mucho más.

Muchos días y durante mucho tiempo escribí algunas palabras para aquella persona. Supongo que en aquellos momentos pensaba que era una forma de tenerlo más cerca, supongo que sólo era una forma más fácil de aceptar lo que la vida nos va deparando.

Hace un rato mandé un mail y tras una exposición muy escueta de lo que para mí era escribir, me acordé que esta misma mañana encontré unos cuantos de esos relatos de estos que comentaba y creo que ha llegado el momento de que poco a poco vayan saliendo a la luz.

Sólo quiero añadir: GRACIAS

Tú, te vas y me apartas de tu vida, dejándome de tu recuerdo sólo un espejo donde reflejar imágenes.

Quedándome sólo con un ayer demasiado lejano, dejando mi corazón más lleno de vacío.

Y tú te vas…

Sólo cenando recuerdo que mañana al levantarme será todo igual.

Solo un día gris en el que se marchitarán las flores y las hojas mustias revolotean a mí alrededor.

Sé que no sé nada y aún así, ¿qué más da?

Mañana será otro día gris sin flores, sin hojas, sin vida, sin ti…

Observo desde una esquina mientras callo y escucho.

Son tan largas sus explicaciones y dicen tan poco…

Sus pasos bajo la lluvia resbalan por el suelo sin más significado del de llegar a la alcantarilla.

Su voz baja y muda retumba en aquella habitación sin paredes y desde la esquina en la que yo me encuentro sólo observo, callo, escucho, miro y pienso:

“Que largo y duro es el camino cuando no estás a mi lado. Que difícil es abrir los ojos y seguir viendo la misma habitación.”

Anoche cerré los ojos pidiendo un único regalo; de que hoy, al levantarme, pudiera verte.

Así lo hice; me levanté, te busqué y no te encontré…

Otro sueño frustrado que se pierde en el camino.

Hoy, como ayer, llueve en esta ciudad. Los días de lluvia son tan tristes…

Tú

Tras este paréntesis debido a mis exámenes, (ya sabéis como son estas cosas, que te absorben totalmente) aquí estoy de nuevo.

Somos diferentes, pero no distintos...
Tú miras siempre al frente, yo, recto sigo mi camino.

Tú, lloras cuando quieres, yo, cuando puedo río.
No todo es tan evidente. "Igual" puede ser "distinto".
Soñar que tú me quieres, querer que tú sueñes conmigo
y entender que las miradas se pierden en el camino,
es como haber andado tanto sin llegar a ningún destino
y en ese momento ver; que nada tiene sentido...

No somos iguales, somos muy parecidos.
Tú, pareces muy distante, distantes están mis sentidos
que me llevan sin quererlo a tus labios sin palabras
esos labios que me besan...que recorren mis entrañas.

Y ahora sé por fin, que mis ojos son tu sino
que me miras de reojo, por no sentirte tan mío
y descubrir así, que soy la dueña de ti mismo.

Y ahora que por fin me miras con dulzura
ya no por ser una niña, sino por descubrir en mí la luna,
sólo te quiero decir...

Mírame,
siente un escalofrío
como el que yo sentí
cuando te cruzaste en mi camino.

Me da igual tu pasado, tus historias...
sólo quiero andar,
caminar hacia delante
y demostrarte así
que existen las METAS ALCANZABLES...