Cierro los ojos y pienso,
la oscuridad no nubla mis sentidos.
No sé si será tu aroma
o simplemente, será el aroma que yo recreo al pensar en ti.
Intento instigar tu recuerdo,
pero inevitablemente, me surge el mío;
tu imagen, a mi ojos; nunca serás tú.
Sólo será el reflejo de ti mismo en el espejo de mi vida.
Lucho por no ser coherente,
por serme fiel a mí mismo,
por intentar ver en ti, nada más que lo que eres:
un simple cuadro en la pared, que amablemente adorna mi salón.
Eres perfecta.
Como cualquier rosa al rocío de la mañana.
Con tu perfume siempre intenso y esa perfección que me embelesa.
Roja
como el color del amor,
como el color de la sangre cuando se destroza un corazón marchito
como el olor a venganza,
como la piruleta de un niño que juega en el parque…
Nieva
El paisaje se tiñe de blanco.
Es perfecto.
Así se viste la alegría, de los niños al jugar
Blanco, como el de las nubes en un día claro,
blanco, como el del papel.
Aquel que narra historias tristes…
Historias grises.
Sucio
Cual vagabundo busca en la basura, algo para comer.
Cual corazón se siente engañado por la persona a la que quiere.
Cual borracho se despierta, rodeado de soledad.
Vida
Eso eres tú.
Como el recién nacido que mira a su madre por primera vez,
cual cachorro te conquista con esa mirada,
como la sonrisa de una persona,
como el sol del mediodía que ensombrece mi salón.
Abro lo ojos y vivo.
Suena el teléfono y contesto.
Hoy es mi día, hoy es el tuyo.
Porque la oscuridad no nubla mis sentidos;
porque la claridad ensalza la belleza,
porque estoy vivo
y eso es lo que importa.