Porque la vida se levanta cada mañana...

"Esto es algo muy antiguo. Cuando uno no encuentra un nombre exacto para definir las cosas utiliza historias. Así es como funciona. Desde hace siglos. Y todas las historias tienen una música propia"



2/10/08

Líneas de confesiones

Dicen que el mundo sólo se ve gris cuando tienes un motivo para verlo así.
¿Entonces cuando se ve de color de rosa ocurre lo mismo?

Sin embargo, el problema es que a veces, (como en mi caso en este momento), la persiana se encuentra bajada y no sé de qué color es.

Hoy, un día entre tantos de los que me acuesto tarde he decidido cambiar mi rutina diaria para escribir estas líneas. Líneas de confesión, de autoevaluación, de críticas constructivas (al menos esa es mi intención).

Hace ya un tiempo que empecé mi proyecto de la creación de un blog, no era mi intención hacer un blog que destacase en nada, sólo un lugar de encuentro con momentos míos y de todos aquellos que los quisieran compartir.

Por suerte o desgracia no somos muchos los que lo leemos, (entiendo que la temática no es adecuada para atraer a un número elevado de gente) y de alguna forma nos conocemos, ya sea de forma directa o indirecta, pero para mí es suficiente, me conformo con tener un pequeño cajón lleno de todo y a veces de nada…

Todas las historias tienen algo especial, al menos para mí, algunas son sólo imágenes fugaces que aparecen un día en mi cabeza y se tornan en pequeñas historias, otras forman parte de un pasado, de un presente o de un futuro que un día tuve o que algún día me gustaría o no tener. Y en otras ocasiones son pequeños desahogos a momentos de desesperación, alegría o simplemente ganar de escribir, de sentir, de llorar o incluso de reír.

Saber a qué punto de los anteriores corresponde cada historia lo dejo a la imaginación de aquel que quiera o de aquel que decida.

Pienso que descubrir ese “pequeño misterio” hace que las historias pierdan lo que puedan tener de especiales porque ciertamente pienso que lo bonito de cada letra es que cada persona la haga suya de la forma que desee, ya sea como vivencia personal o como simple comentario cuyas palabras se desvanecen según las lees.

Siempre he creído que la mejor historia contada es aquella en la que tú eres capaz de sentir lo que ha sentido la persona que la ha escrito y aunque nunca conocerás si realmente has sentido o no lo mismo, hay cosas que sabes y quien entienda esto habrá sido capaz de por ejemplo recoger la esencia de estas líneas.

Sé que mis historias son la mayoría historias tristes, no es la primera vez que alguien me dice que al leerlas ha sentido un escalofrió o que se ha quedado de piedra. Que son palabras demasiado duras o que al menos me hacen ser una persona muy negativa o fría.

Pues bien, reconozco que la negatividad es parte de mí, (aunque intento pensar que también tengo su antónimo dentro de mí) y es cierto quizá a veces mis historias son más “tétricas” de lo que pueda parecer en un principio, pero no os voy a contar una milonga de por qué son así, porque sinceramente no tengo una explicación a la pregunta de por qué, pero supongo que los momentos difíciles, malos o tristes siempre te acompañan y aunque seamos personas positivas, rara vez te acuerdas de cosas buenas sin antes haber pensando en cosas que te dañan.

Señores, ¡somos personas! Sufrimos y nos hacemos daño, eso es lo que nos atormenta día a día. Nunca te acuerdas de ese primer beso si no del último. No recuerdas la presentación si no la despedida. No recuerdas los buenos momentos si no los malos…

Somos caprichosos como la vida, porque repito: sufrimos y necesitamos aprender de ello, pero como animales que no dejamos de ser, caemos en las mismas trampas, tropezamos con las mismas piedras y volvemos a empezar. Sufrimos, sí, porque sentimos…

Desgraciadamente los buenos momentos se olvidan demasiado rápido, asique cuando poseo uno de ellos intento disfrutarlo al máximo y saborearlo como si fuera el último y no pienso en escribirlo, prefiero vivirlo.

Con todo esto sólo intento hacer una reflexión de mi misma y como en las primeras líneas, a veces nos hacen pensar que el mundo sólo puede ser bueno o malo, porque supuestamente siempre ha sido así, sin embargo si alguien se molesta en taparte los ojos y dejarte pensar verás que desde el gris al rosa hay una gama de colores y que tú puedes elegir si quieres que tu día sea negro, blanco o en forma de arcoíris. A veces sólo hace falta una persiana bajada para comprenderlo.

Pues yo me considero igual, ni mejor o peor, ni tan siquiera diferente. Tengo días grises, rosas y días en blanco… Me levanto de la misma cama, levanto la persiana y diviso el panorama, intento ser feliz, unos días lo consigo y otras caigo en el intento, pero después de un largo día llego de nuevo a mi casa, bajo la persiana y me acuesto con la intención de levantarme de nuevo y volver a intentar ser feliz.

Y sí como todos tengo días malos, incluso rachas malas en las que sufres, piensas, deseas, añoras, sientes, amas, odias, crees, olvidas, confundes e incluso mientes, pero también tengo días buenos e incluso rachas mejores en las que disfruto, sonrío, deseo, pienso, añoro, siento, amo, odio, creo, olvido, confundo e incluso miento…

Todo depende del lado del que mires las cosas, siempre hay dos opciones, puedes ver el vaso medio lleno o medio vacío.

Y como nunca me cansaré de decir, yo siempre le veo a la mitad.

¿Por qué sólo blanco o negro, rosa o gris, lleno o vacio?

Todo está en ti, o en mí, o quizá no esté…

Sólo es tu punto de vista, la forma que tienen estas líneas se las doy yo, ¿o quizás tú?

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Como siempre otra historia en la que al menos a mi, me "obligas" a pensar y plantear cosas, Solo decirte que lo que necesites...

BSS

Same dijo...

Gracias niño, ya sé que estás ahí como siempre, no te preocupes que no se me olvida.

Una vez más, gracias por el comentario ;)

Anónimo dijo...

¡Hola!

He de confesar que yo he sido siempre uno de esos lectores que veían demasiada negatividad y demasiada melancolía en tus escritos. Pero has descrito muy bien los motivos que te llevan a escribir el lado menos luminoso de nuestras vidas. ¿Y sabes qué? Creo que haces muy bien. Tú misma lo has dicho. Los buenos momentos hay que vivirlos, al máximo, no hay que escribirlos. Pero los malos momentos, los malos pensamientos, vienen bien ser plasmados en papel o en un blog, para sentirse liberado de ellos, para compartirlos con los demás y sentirnos mejor. Te animo a que sigas escribiendo tan bien, o mejor si cabe, como lo has hecho hasta ahora, y haciendonos reflexionar sobre la vida.

Firmado: un fiel lector.

Same dijo...

Muchas gracias, tus comentarios siempre me hacen mucha ilusión y me llenan como persona.
Eres de los pocos que llevan aquí desde el principio y eso se agradece y aunque a veces no lo diga MUCHAS GRACIAS.

Siempre serás bienvenido a este pequeño rincón que como ya he dicho en alguna ocasión, es un poquito de todo.

Gracias por vuestra ilusión.